Reflexionando.

Jesucristo, hace muchos años, vino con lecciones de Amor, de Esperanza, de Unión, de Vida Eterna y sobre todo, vino a hablar del Padre de los Cielos, que ama y espera a toda su Creación. Sin distinción de credos ni lugares.

Lamentablemente, sus lecciones hicieron que el Ser Humano no respondiera a sus enseñanzas. Dogmatizaron sus lecciones y se excluyeron a unos, elevando a los otros. No quiero narrar todo lo que aconteció a lo largo de esa Historia de la que en uno u otro momento, todos hemos participado..

Parece que la Energís Cristica nos inunda de nuevo.

Por eso, me empeño en alinear Mente-Alma y Espíritu, y con el nudo del Amor Universal, hacer un nudo de Amor.

No busquemos Paraísos en la Tierra porque afirmo, no se van a encontrar. Tenemos ese trozo de Paraíso disponible en el corazón de cada uno de nosotros con las buenas obras. Con la Unión y el Amor. Enseñando con nuestra forma de actuar, el camino evolutivo.

Extendamos vibraciones de Amor por todo el Planeta, visualizando desde las estrellas, la misma Tierra y enviando toda la Luz que mora en nosotros. Cuando advertimos nuestras capacidades, nuestro Conocimiento interior, la fuerza es inmensa. Podemos, todos juntos, cambiar el Mundo. No es una utopía.

Pero para eso, necesitamos estar unidos en el Amor. Cada uno, dando la mano a su entorno más próximo y la cadena de la Vida, abarcará continentes.

Si alguien rehusa a seguirte, dale a cambio ternura y argumenta lo bien que se está cuando absorbes y repartes Amor, sin separaciones por Dogmas o colores. No dejemos a nadie solo, en la difícil cordada de la vida.

La Tierra no va a oscurecerse. Tampoco va a cambiar su polaridad.

Las circunstancias hacen que tengamos más vibración, y la vibración va para todos y cada uno de los vivientes. Si alguien no despierta... llamemos a su puerta, con la dulzura del que ya Conoce.

Hagamos de nuestras vidas ese pequeño jardín que dista mucho del Paraíso, pero que nos ayudará a ser mejores y a vivir en Paz.