Si avanzas en el camino del descubrimiento Espiritual, cada día, descubres lo poco que habías descubierto. Es así. Si desconoces el Mar, miras inmenso el Río.
"Cuantas veces suspiras por la Fuente cuando la buscas y la dejas manar río abajo cuando la encuentras. No has de hacer que el cántaro se rompa. Harás que el cántaro mantenga viva el agua para saciar tanta sed que tiene de ella, quien anhela unas gotas..."