Hubo luces de otoño en la ventana se asomaron los hados a bailar y en pleno baile en vals... la musica se fue camino abajo Aleteos de una vida que se apaga albores que ya no llegarán Y una lágrima rueda, y un corazón que llora... qué más da.
Desde mi balcón observo que los verdes del campo son distintos. Tan distintos como son las pinceladas del pintor. Me abruma tanta paz. Tanta quietud. ¿Por qué deseé tanto este estado, si ahora soy incapaz de sentir dicha?
Tal vez no te recuerde mi mente. Pero mi corazón te sigue amando. El Alzheimer, jamás termina con los sentimientos. Es posible que aún se afinen más hacia lo positivo, hacía el amor, porque al silenciarse la razón, el sentimiento es más puro. Ámame, y mi mirada bajará para agradecerte.
Estoy haciendo un paquete con mi Alma, y lo envuelvo bien para tirarlo... al mar. Y no es porque quiera despojarme de mí misma; es porque he visto que en el agua, calmaré su sed. Y aunque ya no viva en mí... vivirá y yo viviré al verlo vivir.