Las perlas del Alma "Entre el Alma y la Razón"

Había una vez una mujer que, mirándose a sí misma, no reparaba en el otro que, gritando, intentaba llamar su atención. Pasaron los días y se encuentran en la calle. Y el hombre que otro día gritaba le dice "buenos días" y ella con su mirada responde que no le conoce.
Entonces él, clavando sus ojos en la herida reciente de su brazo le dice:
-El otro día yo gritaba desesperadamente por esta herida, ya que tropecé en el suelo, y gemía para que usted me ayudara.
Y ella le contestó:
-No sería yo, señor, porque de lo que me dice no me he enterado.
Y entonces el hombre responde:
-Es que para darse cuenta del sufrimiento ajeno debe dejar de mirarse y ver que existe más vida que usted misma.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Asturiano

Silencio...

Reflexiones