Tengo un problema






Durante el tiempo de verano, me dedico a leer. Siempre leo un libro tras otro hasta que el frío me hace cambiar de etapa y ¡zas!, se activa un resorte en mi cabeza o un cambio de chip; por eso a la hora de la verdad, tengo un gran cacao mental, porque mi cerebro está tan repleto de idas y venidas, que me cuesta discernir una trama de otra. Pero la verdad es que alguien hace mucho tiempo, me dijo que lo importante para hacerse escritor es leer y olvidar.
 En el saco de nuestro intríngulis interior, se conoce y reconoce lo que hace falta para hacer el conglomerado de idéas que más tarde vamos a exponer en nuestras letras.
Hago como los campesinos que rodean esta, mi casita del monte. Hago acopio para el invierno, ya que esta que narra, en el invierno se dedica a escribir, a verter su cosecha propia y adquirida.
¿Y dónde está el problema?
Aquí. En la elección de las lecturas... y es que no quiero leer libros profundos con pensamientos idem, porque no deseo que influyan en esos que yacen intrínsecamente en el Alma humana.
Tampoco me apasionan las novelas de amor, porque me resultan muchas de ellas edulcoradas con colorante rosa; de ese que empalaga e indigesta.
Tampoco me agrada la política, ni las feministas... ni los machistas.
Todo esto se lo comenté un día a un querido amigo escritor y me dijo:
"Mira chica... yo en tu lugar me dedicaría a otra cosa, ya que un buen escritor debe leer todo lo que cae en sus manos. Y tú pones constantemente cortapisas. Eso no es bueno."
Y aquí estoy, leyendo un Pumby o sea... un tebeo, para relajar un poco. La vida tiene que tener variación, pero sobre todas las cosas... mucha risa y divertimento... que eso dicen, alarga la vida o por lo menos nos hace más felices.
La vida no es sueño... la vida es corta y tenemos que tomarla un poco a broma. Por eso entre lectura seria y lectura seria, leo un tebeo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Asturiano

Silencio...

Reflexiones